jueves, 10 de julio de 2008

SERIE ARMAS Y AMULETOS


CAZADORES DE LUNAS
Untan sus flechas y sus cerbatanas
con el veneno rojo que les va en las venas.
Descomunales arcos y sus cuerpos
agazapados detrás de los escudos atentos
construidos en medio del ritual de siempre.
Desde sus armaduras grises
ven la luz que emana de su presa
mientras escapa
hacia la próxima noche de destierro.

Ella no aúlla, no babea,
no persigue su alimento
sembrando huellas con olor a presa,
ni marca su terreno -demasiado extenso-.
No obstante seguirán con su plan desmesurado
gladiadores de acero
que al alba
de regreso
van y sueñan con ella
ensartada en sus lanzas
sangrando la blancura plateada
por su boca creciente.
Imaginan su grito:
el último y único
alarido de piedra.
G.C.

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